La desaparición de lo cutre: cuando las franquicias de diseño se comen a las tascas

05 julio 2023
Artículo sobre la tendencia hacia el esnobismo y la consecuente pérdida de la autenticidad y funcionalidad.
Tareas: 12

Texto

Antes de leer el texto

¿Dónde sueles comer? ¿A qué tipo de restaurante sueles ir? ¿Cuántas veces al mes comes en una franquicia? ¿Cuál es el típico restaurante de tu país? ¿Te gustan los locales antiguos o prefieres los modernos? ¿Cuánto sueles gastar cuando comes fuera de casa? ¿Te gusta la “comida basura”? ¿Cómo eran los restaurantes antes y cómo son ahora? ¿Qué diferencias significativas observas?

Nuevas cadenas intentan ennoblecer platos sencillos y populares presentándolos como exclusivos y dotándolos de nombres bombásticos. Cada vez es más difícil comerse un bocadillo de calamares y punto

Por Sergio del Molino

PÁRRAFO 1:
Cuando encadenas varios días fuera de casa, en esa vida seminómada que algunos llevamos por trabajo, hay noches en que te apetece huir de la desolación del servicio de habitaciones del hotel, pero tampoco tienes ánimo de restaurante. El cuerpo te pide un plato casero, un bocadillo clásico, algo parecido a lo que cenarías en casa. Buscas entonces un bar, una tasca, un tugurio, un sitio como el que había en la esquina de tu calle hace 20 años: barra de estaño, bote, hoy no se fía (1), hay chorizo de mi pueblo, banderín del equipo de fútbol del que son forofos los dueños y, si el ambiente era taurino, un cartel desteñido de la Feria de San Isidro de 1932. Si uno no se encuentra en la periferia de una gran ciudad o en los bordes de un polígono industrial, buscará en vano un escenario parecido. Todo lo que le ofrecerá el paseo serán marcas de franquicia, hamburgueserías de iluminación tenue, nombres en inglés o en italiano y un abuso de gourmet y gastro como afijos (gastrotaberna, gastrobar, gastroteca…).

PÁRRAFO 2:
No me voy a arrancar por nostalgias: no esperen de mí una elegía al bar español de siempre. Si hablo de ellos es porque su desaparición y sustitución por esa marabunta de franquicias diseñadas en estudios internacionales es la nota dominante del cambio de paisaje que se ha dado en los centros de las grandes ciudades españolas. Aquellos sitios normales, cuyo negocio consistía en ofrecer algo casero y barato a una clientela que pedía un vino sin distinguir denominaciones de origen, se han vuelto tan exóticos que en algunos barrios de moda incluso los recrean: ya hay cadenas de falsas tascas-madrileñas-de-toda-la-vida que exaltan un casticismo tan ramplón que no convence ni al camarero que interpretaba Mario Vaquerizo en aquel vídeo de promoción turística de Madrid.

PÁRRAFO 3:
En esas noches tristes en las que no me resigno al servicio de habitaciones no añoro el bar de siempre ni las fritangas (2) de nuestras abuelas, sino la vida sin pose: un espacio y un tiempo sin liturgias, donde no se exija nada de nadie y las cosas no tengan la menor importancia porque se sienten coyunturales y utilitarias. Eso que hacemos sin pensar ni fijarnos demasiado.

PÁRRAFO 4:
Ya no quedan sitios así. Todos ofrecen experiencias, atosigan a los clientes con encuestas y saturan las frases con adjetivos y jerga de relaciones públicas. Subir a un taxi para ir del punto A al B se ha convertido también en un momento significativo que tanto el viajero como el taxista evalúan (es decir, están obligados a meditar sobre el trayecto).

PÁRRAFO 5:
Esta sublimación de la experiencia ha ido de la mano de una tendencia a ennoblecer lo cutre (3). Si toda experiencia es significativa, cualquier cosa es susceptible de nobleza. De nuevo, es el culinario el ámbito donde más se aprecia, aunque sucede en cualquier compraventa: las 10 mejores hamburguesas o pinchos de tortilla, pizzas, patatas bravas, falafeles… Cualquier cosa sencilla y popular, de las que hay a cientos en todos los barrios, se presenta como exclusiva. Antiguamente, en Estados Unidos, la etiqueta “best pizza in town” era un reclamo para gañanes (4) y zampabollos (5) acostumbrados a comer con los dedos. Hoy acude a su llamada gente con ánimo respetable y pide, junto a la hamburguesa de nombre más bombástico (6) posible, premiada en el Festival de Cannes (7) de las hamburguesas, la carta de vinos. Se ha producido así una democratización del esnobismo, en la que se espera que nos comportemos en la pizzería como el barón de Charlus en el salón de la duquesa de Guermantes(8).

PÁRRAFO 6:
En esta operación, lo cutre ha desaparecido del paisaje. Hablo de lo cutre como categoría, no necesariamente despectiva. Lo cutre no solo como una expresión bastarda del gusto popular, sino como una resignación orgullosa, si es que puede haber orgullo en tirar la toalla. Lo cutre como oposición a las convenciones de la etiqueta y como parte del desenfado de vivir.

PÁRRAFO 7:
Lo cutre solo existe, como tantas otras cosas de ayer mismo, como simulación y autoparodia. Sigue vigente, pero en las periferias, allí donde lo iban a buscar las cámaras del programa Callejeros (9) para ofrecérselo a una audiencia que lo percibía como exótico. Este fenómeno ha llamado la atención a algunos ensayistas españoles. Todos meditan sobre la impostura, el ridículo y la banalidad de un mundo incapaz de mirarse en un espejo y cada vez más adicto a la más adictiva de las drogas: el autoengaño.

(1) “hoy no se fía”: expresión que quiere decir que hay que pagar en el momento de la consumición.
(2) “fritanga”: manera despectiva de denominar alimentos fritos, en especial si están muy grasientos.
(3) “cutre”: coloquialismo para decir que algo es pobre, descuidado, sucio o de mala calidad.
(4) “gañanes”: despectivo, hace referencia a personas sin modales.
(5) “zampabollos”: palabra compuesta de “zampar”, comer y “bollos”. Palabra despectiva para referirse a alguien que come mucho y mal.
(6) “bombástico”: exagerado.
(7) “festival de Cannes”: uno de los festivales internacionales de cine más importantes del mundo que se celebra en la ciudad francesa de Cannes.
(8) “Charlus en el salón de la duquesa de Guermantes“: El Barón de Charlus y la Duquesa de Guermantes son personajes ficticios de la novela “En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust.
(9) “Callejeros”: relativo a “calle”. En este caso hace referencia a un programa de televisión que muestra historias de la vida cotidiana en diferentes lugares y barrios, a través de reportajes y entrevistas a personas que viven en esas zonas.


Copyright elPais.com Enlace al artículo. Publicado el 27/05/2023. Formato adaptado por ProfedeELE.

Ejercicios

1

¿De qué trata el artículo?

Después de leer el texto, explica de qué trata en unas 30 palabras.

Instrucciones

Después de leer el texto, explica de qué trata en unas 30 palabras.

1

Un poco de vocabulario

Localiza en el texto sinónimos de las siguientes palabras y escríbelas en este crucigrama.

Instrucciones

Localiza en el texto sinónimos de las siguientes palabras y escríbelas en este crucigrama.

1

Comprensión de lectura

Responde a las siguientes cuestiones de comprensión lectora sobre el texto anterior.

Instrucciones

Responde a las siguientes cuestiones de comprensión lectora sobre el texto anterior.

1

Vamos a hablar

Responde a las preguntas y reflexiona.

Instrucciones

Responde a las preguntas y reflexiona.

  • ¿Qué tipo de restauración hay en las ciudades de tu país?
  • ¿Crees que sirven de algo las encuestas y evaluaciones de clientes para que las empresas mejoren sus servicios?
  • ¿Qué es para ti algo cutre?
  • ¿Qué opinas sobre el hecho de eliminar los bares tradicionales y sustituirlos por una recreación falsa en los barrios de moda?
  • ¿Qué opinas sobre la exaltación de lo cutre como una forma de nobleza y exclusividad en la sociedad?
  • ¿Conoces propuestas artísticas que ensalcen “lo cutre”?
  • ¿Es moralmente aceptable la simulación y autoparodia de lo cutre en las periferias, como un espectáculo exótico ?
  • ¿Cómo crees que nos “autoengañamos” como sociedad global?
  • ¿Conoces qué relación puede haber entre el comportamiento esperado en las pizzerías y los personajes ficticios Barón de Charlus y la Duquesa de Guermantes?

Para ampliar

1

Material complementario

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Instrucciones

Gracias a influencers del mundo del reguetón cada vez son más las marcas de lujo que apuestan por un estilo original de los barrios más humildes para vestir a estrellas del pop como Nathy Peluso, Bad Gyal o CTangana. En este artículo de El Huffington Post se detalla el estilo de la cantante Rosalía, gran estandarte y precursora de este cambio de paradigma de estilo en la alta costura.

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Autores: Jahel Virallonga Chavarrías

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