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Actividades Online
Actividad 1
Nube de palabras
Actividad 2
Colocaciones con la palabra foto


Actividad 3
Fotografías impactantes
Actividad 4
Detrás del telón

Actividad 5
La foto de Kevin Carter

Actividad 6
Opinar, estar de acuerdo o no
Con el ejemplo de la fotografía de Carter, se abren dos posturas de debate. ¿Hizo bien Carter en esperar a que el buitre se acercara para tomar la impactante fotografía? ¿O debería haberse olvidado de su cámara y haber socorrido a la niña inmediatamente?
Es decir, ¿debe un fotoperiodista fotografiarlo absolutamente todo, por macabro e inhumano que sea? ¿O debe saber diferenciar hasta qué punto es necesario fotografiar, prestando ayuda en caso necesario?
Es una cuestión difícil de analizar y que cuenta con defensores y detractores por ambos lados.
Fuente: https://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2007/595/1174777207.html
Actividad 7
Un dilema ético
Actividad 8
Un artículo sobre Kevin Carter
Carter no se suicidó por esta foto
Párrafo 1: Desde que el New York Times publicó la foto (marzo de 1993), millones de personas sintieron un impacto en la barriga, un estremecimiento que muchos aún perciben como una agresión a una parte íntima de su sensibilidad. Alguien iba a tener que pagar por ello. Hasta que, al fin, Carter, el agresor, pagó su culpa. Ya no tendría forma de defenderse. A partir de ahí, bastaba con repetirle al mundo la milonga hasta la náusea: «Claro, el dilema moral, la culpa, todo eso le condujo a la tumba, bla, bla…». Y siguen.
Párrafo 2: Cuando Carter y un colega suyo llegaron a Ayod, a unos mil kilómetros del lugar civilizado más cercano, el poblado funcionaba como un centro de alimentación de la ONU. Unas quince mil personas exhaustas que huían de los combates, con grave desnutrición y enfermedades, se concentraban allí. Carter y su colega, cada uno por su lado, hicieron fotos toda la mañana de aquel espanto. Cuando se reencontraron, Carter le describió la escena y se sentó a llorar: esperó veinte minutos a que el buitre entrase en plano, hizo la foto, lo espantó (o no, qué más da) y se marchó.
Párrafo 3: Durante el año siguiente, Carter se vio alanceado con dilemas y acusaciones de quienes jamás han pisado un escenario semejante, incapaces de imaginarse una realidad tan atroz como la de Sudán. Un insensato llegó a escribir: «El hombre que ha ajustado su lente para captar esa foto es otro predador, otro buitre en la escena». En fin: es difícil ser más imbécil.
Párrafo 4: Carter acudió a toda clase de foros para ofrecer su versión de lo sucedido, pero para entonces su vida era un completo desastre. Muchos años antes había intentado suicidarse, tenía graves problemas familiares y una personalidad desordenada, perdía sus carretes de fotos en aviones y aeropuertos, arrastraba depresiones, llevaba una vida caótica y, en suma, tenía acumuladas experiencias trágicas como para colapsar las consultas de varios psicoanalistas.
Párrafo 5: Por si fuera poco, el 18 de abril de 1994, Carter dejó a su amigo Ken Oosterbroek de guardia en un suburbio de Johanesburgo y se marchó a conceder una entrevista a un colega, pues seis días antes le habían comunicado la concesión del Pulitzer por la foto de la niña y el buitre. En la radio del coche escuchó que Oosterbroek había sido herido en una refriega nada más irse él. Voló hacia el hospital, pero Oosterbroek había fallecido. Las preguntas estúpidas siguieron. Y, en definitiva, los imbéciles, como carroñeros, haciendo de las suyas.
Párrafo 6: En fin, ¿qué otra cosa pudo haber hecho Carter por la niña? ¿Espantar al buitre? Al parecer, lo hizo, aunque al fin y al cabo los buitres (los hay a montones) habrían vuelto de todos modos. ¿Llevarla consigo? Bien, ¿adónde?, porque parece que nuestra conciencia acomplejada pretende imaginar que esa criatura yace en un páramo en medio de ninguna parte. No es cierto. Esa criatura, reventada por el hambre y por las diarreas, está a unos veinte metros de la puerta del poblado, junto al centro de alimentación y rodeada de gente que deambula a su alrededor. Nadie la ha llevado hasta allí. Simplemente, esa niña se ha sentado a defecar. Sí, maldita sea, es el estercolero de la tribu, donde todos los suyos, de generación en generación, acuden a realizar sus deposiciones. ¿Será preciso decirlo en plata? En resumidas cuentas: ¡esa niña ha ido allí a cagar! Y el buitre, esa bestia cobarde que parece tan atenta, no hace sino esperar a que la niña le regale su magra ración de carroña cotidiana.
Párrafo 7: No, Carter no se suicidó por un remordimiento de esa clase. Al fin de cuentas, se limitó a recortar un trozo de paisaje para servírnoslo a domicilio. La expresividad fue su gran logro, pues la foto ejerce de metáfora certera de una realidad trágica y atroz de una guerra olvidada. No es ningún montaje: sucedió así y Carter sólo nos troceó y nos regaló el significante; el significado lo pusimos nosotros, espectadores occidentales, atormentados por nuestra sucia conciencia y acosados por los problemas de obesidad extensiva desde la tierna infancia. Carter no era otro predador ni el ejecutor de la niña, no, sino su único redentor. La redimió y esparció la culpa al mundo, para que volviésemos los ojos por un segundo hacia la tragedia de Sudán y ayudásemos a esas criaturas a llevar su cruz olvidada. Carter no logró salvarla, pero es que eso ya (a unos más que a otros, desde luego) nos correspondería a todos.
Párrafo 8: Tres meses después de la muerte de su amigo Ken Oosterbroek, a finales de julio de 1994, Carter recogió su Pulitzer y el día 27, a la vuelta, anotó en un papel que dejó en el asiento del copiloto: «He llegado a un punto en que el sufrimiento de la vida anula la alegría… Estoy perseguido por recuerdos vívidos de muertos, de cadáveres, rabia y dolor. Y estoy perseguido por la pérdida de mi amigo Ken…». El dióxido de carbono de su vieja furgoneta puso el resto, pero no sabemos hasta cuándo los opinadores y moralistas seguirán haciéndole pagar a Carter que nos diese ese aldabonazo y ese susto en la conciencia. Después de todo, los niños y los buitres seguirán estando allí. Aunque Carter ya no esté para retratarlo.
Adaptado de: https://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2007/595/1174777207.html
Actividad 9
Comprensión lectora
Actividad 10
Acontecimientos

Actividad 11
Vocabulario

Actividad 12
Marcadores recapitulativos
Actividad 13
Infografía

Actividad 14
La carta al director

Actividad 15
Tarea 2 de la prueba de expresión e interacción escritas del DELE C1
Genial, a pesar de la crudeza. Excelente recurso. Muchas gracias.
Hola, Delia:
Gracias por tus palabras. Efectivamente es una foto impactante y que da pie a mucho debate.